Capítulo 13: Undermost

— ¿Estás seguro, Baek Kang-Woo? ¿Estarás bien? —Cha Yu-Min volvió a preguntarle con cara de preocupación.

— Sí, creo que voy a establecerme en Corea a partir de ahora. Ya he tenido bastante con la torre. —A diferencia de sus palabras que sonaban decididas, su expresión no era para nada así.

— ¡Hey! ¡Puedes llegar a ser el mejor retador! Pero, ¿por qué estás dudando de repente? ¿No confías en Yu-Min? —Shin Ji-Won argumentó como si estuviera frustrada.

Comparado con los primeros clasificados Shin Ji-Won y Cha Yu-Min, Baek Kang-Woo, que estaba ligeramente por debajo. No podía subir a la torre junto con ellos. Todavía había un número considerable de pisos entre él y los primeros dos, y era difícil considerar a Kang-Woo como uno de los mejores todavía.

Sin embargo, debido a la naturaleza de la torre, los retadores acabarían llegando al mismo piso. La calidad y el número de logros acumulados en el proceso podían variar de un retador a otro, pero su objetivo era el mismo.

Baek Kang-Woo era uno de los miembros más importantes de Corea. Tenía talento suficiente para alcanzar el piso 80, y Cha Yu-Min y Shin Ji-Won estaban dispuestos a ayudarle hasta que llegara a ese punto. Y lo habían estado haciendo hasta ahora.

— ¿Qué demonios te pasa, cerebrito? ¿Qué es más importante que la torre? Si te graduaste en la mejor Facultad de Derecho y aun así lo dejaste todo para subir a la torre, ¿no deberías hacerlo hasta el final? —Shin Ji-Won se sintió frustrada ante las dudas de Baek Kang-Woo.

— Basta, Ji-Won. —Cha Yu-Min trató de detenerla.

— ¡Pero aún así! —Shin Ji-Won no podía entender.

—Kang-Woo debe haber tenido una razón para ello, ¿verdad? —Cha Yu-Min lo intentó.

— Lo siento mucho. Me has ayudado tanto. —Respondió Baek Kang-Woo, desanimado.

Cha Yu-Min también estaba frustrado y decepcionado por la decisión de Kang-Woo. Era una gran pérdida para el equipo que un jugador tan prometedor como Baek Kang-Woo se marchara.

Sin embargo, el propio Cha Yu-Min tuvo que renunciar a la torre durante un año y quedarse en Corea. También podría ser algo bueno para él. Pensó que Kang-Woo sería un gran apoyo para él en las actividades que planeaba hacer en la Tierra. Y más tarde, podría persuadir a Kang-Woo para que subiera de nuevo a la torre.

La Puerta Dimensional se cerraría pronto. La confusión en la Tierra aún no parecía disminuir. De hecho, la confusión había aumentado mucho más, gracias a Cha Yu-Min. Aún así, era probable que la confusión disminuyera hasta cierto punto cuando la Puerta Dimensional se cerrara y los retadores empezaran a entrar en la torre como de costumbre. Sin embargo, otra controversia estaba por llegar, cuando la gente se diera cuenta de que Cha Yu-Min no había entrado en la torre.

— Eh, ¿en qué estás pensando? —Preguntó Shin Ji-Won tras ver la expresión firme de Cha Yu-Min.

— En nada, pero lo más importante, ¿aún recuerdas lo que dije antes? —Consultó Cha Yu-Min.

— Sí, claro. Todavía lo recuerdo, pero… —Shin Ji-Won pensó en lo que Yu-Min le había dicho antes.

— Recuerda, nunca jamás desafíes los pisos más allá del 80. ¿Lo has entendido? Además, ve a avisar a los chicos que no salieron de la torre. —Le recordó Yu-Min.

— Vale, lo haré. —Accedió Shin Ji-Won.

Ahora todos los cambios estaban a punto de empezar. En realidad, el viento del cambio ya había empezado hace un año; la gente empezaría a sentirlo, por fin.

***

La Puerta Dimensional se cerró y el desafío de la torre comenzó de nuevo. La Tierra y los retadores de los pisos superiores estaban sumidos en el caos. Sin embargo, para los retadores en la sala de espera del primer piso, era típico mes más. Vivían sus pacíficas vidas como de costumbre.

Whoong- Whoong- Whoong-

Tres rayos de luz descendieron sobre la Plaza Central.

— ¡Hola! Me llamo Toeing, ¡Y soy el encargado de esta sala de espera del primer piso! ¡Han llegado a Undermost, la ciudad situada en la planta más baja!

— Wow~ —Los nuevos retadores miraron la ciudad con asombro.

La ciudad tenía el mismo aspecto que Cha Yu-Min había descrito. Este lugar ya no era un terreno vasto. Las tres personas se saludaron y siguieron a Toeing. Toeing era más un guía del Undermost que un administrador del primer piso.

Cuando los retadores entraron por primera vez en Undermost, Toeing les mostró los alrededores. Bajo su guía, subieron al primer piso.

— ¡Esta es la entrada al primer piso! Si pasan de este punto, encontrarán la especialidad de… quiero decir, ¡encontrarán al nigromante! —Toeing los introdujo al siguiente paso.

— ¿Es ese el jefe monstruoso contra quien perdió Cha Yu-Min? —Pregunta un retador.

— ¡Sí! Así es ¿Cómo lo saben? —Contesta Toeing.

Cuando el encargado de la sala de espera de la primera planta confirmó su duda, no pudieron discutir y tuvieron que aceptar que era cierto.

— ¿Puedo ir allí? —Consulta retador..

— ¡Claro que sí! Tendrás que ir todos los días. —Explica Toeing.

Los retadores se quedaron perplejos ante las palabras de Toeing.

— ¿Por qué? —Cuestionaron.

— Porque tienen que hacer algunos trabajos de Puntos. —Responde Toeing.

— ¿Trabajo de puntos? ¿Qué es eso? —Los retadores estaban llenos de preguntas.

— ¡Sí, eso es! Aquí la moneda son los puntos. Así que, si quieres ganar puntos, ¡tienes que subir al primer piso y ganar esos puntos matando monstruos! —Explica Toeing.

Los retadores asintieron como si lo hubieran entendido. Se preguntaban cómo estaba construida la ciudad, pero después de escuchar la introducción de Toeing, pudieron deducir que la gente había comprado todas sus necesidades en la Tienda de Puntos que Toeing acababa de mencionar. Se dieron cuenta de que tenían la libertad de subir al primer piso para ganar los puntos que necesitaran.

— Además, si venís aquí… —Toeing continuó explicando.

— Eh, he visto unos rayos de luz. Deben ser novatos. —Kim Kang-Chun, que pasaba por allí, se acercó a ellos.

— ¡Hola, Kang-Chun! —Toeing saludó.

— ¿Están planeando subir al primer piso? —Preguntó Kang-Chun.

— Sí. —Respondieron los nuevos.

— ¿Quieren que los lleve? Toeing no puede ir más allá de este punto de todos modos. —Kang-Chun se ofreció a darles una vuelta.

Tras las palabras de Kang Chun, los retadores miraron a Toeing. Éste respondió asintiendo y luego les presentó a Kang-Chun. Tras la breve presentación, siguieron a Kang-Chun hasta el portal que les condujo a la primera planta.

Cuando se acercaron a la primera planta, les recibió una enorme entrada. Al fondo, había una gran puerta que bloqueaba la salida de la cueva. Kang-Chun les explicó amablemente que conducía al mundo exterior, pero que morirían si salían. Los tres aspirantes siguieron a Kang-Chun y entraron en la cueva.

— Vaya… Todo lo que había oído era que sólo era una cueva cutre, pero esto es…

— Me siento como si estuviera en una especie de templo.

Dentro, la cueva ya no parecía una cueva ordinaria. Lee Shin, a quien no le gustaba el aspecto destartalado, había cambiado su apariencia poco a poco. Llamó a Hwang Kang-Woong para que rediseñara desde la entrada hasta el interior.

Fue un gran esfuerzo y, gracias a ello, el primer piso pudo presumir de su digno título de Templo de la Diosa de la Luz, la diosa que se encontraba en el piso superior.

Los tres retadores caminaron detrás de Kang-Chun, admirando los dibujos tallados por toda la pared. Estaban muy impresionados con el ambiente general de la cueva. Llegaron a una entrada que se dividía en tres rutas, y Kang-Chun les explicó a qué conducía cada una.

— La del extremo izquierdo es un lugar llamado taller. Aquí es donde la gente hace el trabajo de Puntos. —Empezó a explicar Kim Kang-Chun.

— ¿Cómo se hace exactamente el trabajo de Puntos? —Preguntó uno de los nuevos.

—  No hay mucho que hacer. Sólo tienes que matar al monstruo y conseguir los puntos asignados. — Explicó Kim Kang-Chun.

Asintieron como si lo hubieran entendido.

—  Ese lugar en el extremo derecho es el campo de entrenamiento. Es, como su nombre indica, un lugar donde la gente se entrena. —Continuó Kim Kang-Chun.

— ¿Qué? ¿Se entrena en el primer piso? —Se sorprendieron los retadores.

—  Sí, May y Warrie se encargan de entrenar a los retadores. La mayoría de la gente práctica y entrena aquí. — Detalló Kim Kang-Chun con voz emocionada.

Sentían curiosidad— ¿Quiénes son May y Warrie…? No parecen nombres coreanos…

— Jajaja… Lo descubrirán cuando lleguen más tarde. —Se rió Kim Kang-Chun.

Los tres parecían un poco confusos sobre el aspecto del primer piso, porque era muy diferente de lo que esperaban.

—  En el centro está la entrada a la habitación del jefe. Pero les advierto de antemano que no pueden ir ahí cuando quieran. —Les advierte Kim Kang-Chun.

Kang-Chun, que había estado sonriendo y pareciendo amable todo este tiempo, se puso serio cuando empezó a explicar lo de la habitación del jefe. Los tres novatos miraron nerviosos a la entrada de la habitación del jefe. Había una puerta al final de un largo pasillo, y la puerta parecía sencilla pero digna.

— El señor Nigromante odia que alguien entre en su habitación sin su permiso. Así que, por favor, asegúrate de obtener su permiso antes de entrar. —Recalcó Kim Kang-Chun.

— ¿A quién debo pedir permiso? —Preguntó uno de los nuevos.

— Puedes pedírselo a Warrie. Respondió Kim Kang-Chun.

Los retadores estaban muy confusos. Se preguntaban quiénes eran May y Warrie. Además, no podían creer que tuvieran que pedir permiso al jefe para entrar en su habitación. ¿Qué clase de piso era éste? Los tres murmuraron entre ellos, pero pronto decidieron quedarse quietos al ver la cara seria de Kim Kang-Chun.

— ¿Quieren echar un vistazo al taller? —Consultó Kang-Chun.

— Sí, por favor. —Respondieron.

En el taller no había gran cosa. No era más que una gran sala donde los aspirantes podían matar esqueletos, ratas de alcantarilla y duendes enanos de bajo nivel para ganar puntos. Después de matar a los monstruos y aumentar sus estadísticas, los tres entraron en el campo de entrenamiento situado en el extremo derecho.

Una vez más, el campo de entrenamiento estaba dividido en varias salas. Los tres sacudieron la cabeza al ver la complejidad de la primera planta.

— El Sr. Nigromante trabajó duro en este lugar con el CEO, el Sr. Hwang, —Una mirada de confusión permaneció en los rostros de los recién llegados mientras se preguntaban quién era este “Sr. Hwang”.

— Vamos por aquí primero. —Kim Kang-Chun les llevó a la habitación del centro, donde se encontraba May.

Los aspirantes aguantaron la respiración al ver a May. —¿Qué es eso?

Este esqueleto se sentía diferente de los otros esqueletos que habían visto antes en el taller. Se preguntaron si sería el jefe de la primera planta. Sabían que no podrían derrotar a este tipo, May, incluso si no luchaban.

— Hey May, tenemos novatos. —Kim Kang-Chun presentó a los nuevos aspirantes a May.

May les echó un vistazo. —¿En serio?

Estaban sorprendidos. —¿M-M-May?

Los retadores recordaron lo que Kim Kang-Chun les había dicho antes sobre recibir entrenamiento de May. Pensaron que era una locura ser entrenados bajo un tipo cuya existencia era lo suficientemente temible como para hacerles mojar los pantalones. Sus ojos rojos y brillantes eran amenazadores. Todos ellos, que hasta hacía unas horas no eran más que gente corriente, estaban aterrorizados por la experiencia vivida hasta el momento.

— Entonces… ¿Qué los trae por aquí? ¿Vienen a que los entrene? —Ante las palabras de May, miraron desesperadamente a Kang-Chun haciéndole señas para que no dijera que sí.

— No, todavía no. Sólo les estoy dando una vuelta. Les he traído aquí para presentarles. —Kim Kang-Chun se sintió un poco avergonzado por la reacción ajena, por lo que respondió a May con una sonrisa incómoda.

— ¡Gracias a Dios! Tengo mucho que hacer. Primero, tengo que organizar los materiales de investigación que me dio mi maestro, y luego tengo que organizar las teorías del maná para que las aprendan. Y luego, tengo que entrenarlos de nuevo… Aunque no me canso físicamente, mi cerebro se cansa. Espero de verdad que no envíes a más gente nueva. —La voz ronca y el comportamiento sombrío de May parecían tranquilos, pero Kang-Chun podía percibir mucho cansancio.

— Ésta bien… Cuídate. —Kim Kang-Chun salió de la habitación sintiendo pena por May.

Lo siguiente fue el campo de entrenamiento. El campo de entrenamiento era utilizado normalmente como un lugar donde May y Warrie enseñan a otros retadores, o competir entre sí.

Los tres habían entrado en el campo de entrenamiento con expresión recelosa. Ahí se encontraba un esqueleto tendido en el suelo, pero poco después se levantó con estrépito.

En lugar de estar desarmado como el esqueleto que habían encontrado en el taller, éste sostenía un cuchillo hecho de huesos. Sin embargo, no parecía muy fuerte. Los tres aspirantes pensaron que podrían derrotar fácilmente a este tipo que simplemente yacía indefenso, haciendo sonidos de traqueteo y movimientos torpes.

— ¿Puedo intentar luchar contra él? —Preguntó uno de ellos.

— Jajaja, por supuesto. Puedes intentarlo, pero si siento que vas a salir herido, te protegeré. Y como nota al margen, la mayoría de nuestros residentes de Undermost pueden ganar fácilmente el nivel más bajo aquí. —Explicó Kim Kang-Chun.

Incluso si acababan de entrar en la torre, los retadores pensaron que podrían ganar este juego si la mayoría de los residentes de Undermost habían ganado fácilmente también.

— Lo intentaré.

— ¡Sí, yo también!

— Bueno… Si puedes protegerme, quiero intentarlo.

Los tres decidieron intentarlo y estaban a punto de decidir quién iría primero.

— ¿Por qué no lo intentan todos a la vez? —Kang-Chun los detuvo rápidamente.

— ¿Eh? —Tenían curiosidad por saber por qué les había sugerido eso.

Kim Kang-Chun sólo sonrió en respuesta a su curiosidad. Se dieron cuenta de que sería mejor y más seguro para ellos ir juntos de todos modos, ya que era su primer intento.

— ¿Dolerá si me apuñalan? —Aunque estaban preparados para luchar, los retadores se asustaron al imaginarse cortados por el afilado cuchillo de hueso.

— ¿No te preparaste para ello? —La mujer del trío lanzó una mirada aguda a los otros dos. Sintieron la presión, y sólo entonces los dos se centraron en la lucha.

— ¡Ah! —Ella corrió hacia el Esqueleto primero y la energía azul se acumuló en su puño.

[Ataque de Maná]

Se trataba de una acumulación de energía de maná utilizada para golpear al enemigo. Era una habilidad simple pero un ataque efectivo. Contrariamente, era inútil si no se apuntaba correctamente.

El Esqueleto esquivó fácilmente su ataque, bloqueó el ataque de los dos hombres, y siguió con su cuchillo, golpeando las muñecas de los tres retadores con el extremo posterior.

¡Tak! ¡Tak! ¡Tak!

— ¡Argh!

— ¡Kagh!

— ¡Ughhh!

—Si eso fuera una hoja de cuchillo, nos habrían cortado las muñecas… —Los tres miraron sus muñecas palpitantes y se rindieron.

Aparentemente, este nivel de Esqueleto no era particularmente difícil de derrotar. Cuando Kim Kang-Chun dijo que la mayoría de los residentes de Undermost podían ganar fácilmente este nivel, los tres retadores se desanimaron aún más.

— Ah… ¿Es así como es en la torre?

— Quiero decir, el taller del primer piso era literalmente para el trabajo de Puntos, así que no me importaba tanto… Pero me avergüenza que sólo pueda hacer esto en el centro de entrenamiento.

— La gente probablemente se hizo más fuerte porque han estado entrenando aquí constantemente, ¿verdad?

Los tres retadores echaron un vistazo al campo de entrenamiento una vez más y volvieron al Undermost. Kim Kang-Chun no salió con ellos, sino que permaneció en el campo de entrenamiento. En ese momento, el Esqueleto que había golpeado ligeramente al trío salió del campo de entrenamiento.

— ¿Cuánto tiempo tenemos que hacer esto? —Cuestiona el Esqueleto con voz molesta.

— Umm… ¿hasta que nuestro maestro salga de este lugar? —Contesta Kang-Chun.

— ¿De verdad tenemos que hacer esto? El entrenamiento debería hacerse voluntariamente.  —Comenta el Esqueleto descontento.

— Pero siempre es bueno tener algún tipo de motivación. Y Warrie, tú eres el menos ocupado aquí. —Kang-Chun dejó claro su punto de vista.

— No estoy libre todo el tiempo. Entreno repetidas veces… —Warrie trató de explicar.

— ¿Llamas a tú juego de combinar huesos entrenamiento? —Kim Kang-Chun argumentó.

— ¡No es un juego! Es para una composición corporal perfecta…

— A quién le importa. ¿Por qué no jugamos un rato ya que ha pasado un tiempo desde que tuvimos una batalla? He recorrido un largo camino. —Interrumpió Kim Kang-Chun.

Ante la sugerencia, Warrie movió sus piezas de hueso aquí y allá para colocarlas en las posiciones correctas.

— ¡Bien! Te enseñaré por qué esto no es un juego. —Acepta Warrie con voz firme.

— De hecho, dado que los huesos están ajustados a los de nivel bajo sin huellas de maná, nuestras habilidades estarían más o menos equilibradas. Esta vez te voy a ganar. —Exclama Kim Kang-Chun con determinación.

— Adelante, niñito. Nunca avergonzaré a mi maestro.

— ¡Jaja! ¿Traer la vergüenza? Qué gracioso. Sólo te esfuerzas más porque tus huesos se hacen añicos cuando pierdes. —Se rió Kim Kang-Chun.

— ¡Agh! Hablas demasiado. Empieza de una vez.—Brama Warrie con voz molesta.

— ¡Vale, allá voy! —Kang-Chun estaba a punto de comenzar el ataque.

— Espera un momento.— Warrie de repente puso su cuchillo de hueso en el suelo.

— ¿Por qué? ¿Qué pasa? —Kim Kang-Chun preguntó con una mirada desconcertada.

—… ¿Puedo ir a cambiarme los huesos de la pierna antes de empezar? —Warrie preguntó con urgencia.

—… —El chico se quedó mudo.

Warrie estaba un poco preocupado por la lucha contra Kang-Chun, cuyas habilidades habían mejorado significativamente en estos días.

Traductor: Aku

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